Deja de Llorar por Clientes y Haz Que Ellos Lloren Por Trabajar Contigo
La historia de cómo dejé de ser invisible
Hace unos años, estaba atrapado en el ciclo que mata a la mayoría de los negocios:
Buscaba clientes como quien busca monedas entre los cojines del sofá.
Regalaba mi tiempo y energía por miedo a perder oportunidades.
Aceptaba trabajos mal pagados porque "algo es algo".
Hasta que un día, sentado frente al ordenador, recibí un email que cambió todo. Un cliente me dijo:
"No creo que valgas lo que pides. ¿Podrías ajustar el precio?"
Esa frase me golpeó como un ladrillo. Me hizo preguntarme: ¿qué estaba transmitiendo yo para que alguien dudara de mi valor? Y más importante, ¿cómo podía hacer que eso nunca volviera a pasar?
La clave para ser el premio (y no el que suplica)
Cree que eres único (porque lo eres).
Tu negocio tiene algo que nadie más tiene: a ti. Si no empiezas a valorar tu trabajo, ¿cómo esperas que otros lo hagan?
Define lo que te hace diferente. ¿Es tu estilo? ¿Tu enfoque? ¿El resultado que ofreces?
Haz que tu mensaje grite esa diferencia. Ejemplo:
"Otros te ofrecen más leads. Yo te ofrezco ventas. ¿Qué prefieres?"
Habla de beneficios, no de características.
Tu cliente no quiere saber cuántos años llevas en el mercado. Quiere saber cómo vas a cambiar su vida.
En lugar de: “Somos expertos en redes sociales.”
Prueba: “Te ayudo a convertir seguidores en clientes que pagan.”
Sé el que pone las reglas.
Si dejas que el cliente tome el control, te pisotea. Pon tus términos desde el principio.
“Mis tarifas no son negociables, pero garantizo resultados.”
“Trabajo con empresas que estén dispuestas a invertir en su éxito.”
Cómo hacer que tus clientes te busquen (y no al revés)
Crea contenido que los haga pensar. Publica posts que los sacudan, que los hagan reflexionar sobre lo que están haciendo mal y cómo puedes ayudarlos.
Cuenta historias. No hay nada más poderoso que una buena anécdota. Habla de tus clientes anteriores, sus problemas y cómo los transformaste.
Construye escasez. La gente quiere lo que parece difícil de conseguir. Ejemplo:
"Solo acepto 3 proyectos al mes. ¿Quieres ser uno de ellos?"
Errores que te hacen ver desesperado
Descuentos sin sentido. Si bajas tu precio para cerrar una venta, le dices al cliente que no vales lo que pedías.
Hablar solo de ti. La gente no quiere saber tu historia hasta que no les muestres cómo encaja con la suya.
No rechazar a los clientes equivocados. Decir "no" a tiempo te libera para trabajar con quienes realmente valoran tu trabajo.
Deja de perseguir. Haz que te persigan.
Cuando empiezas a creer en el valor de lo que ofreces, algo cambia. Tu mensaje se fortalece, tu confianza se eleva, y los clientes que realmente importan llegan a ti.
Hoy te reto a cambiar el guion. Que ellos lloren por trabajar contigo. ¿Te atreves?